marcha, desaparece
Libérate de esta infructuosa tierra
Agacha la cabeza, huye, huye
que no tiemble el pulso, la sangre hierva
Despierta tu egoísmo
empápate de su perfume amargo.
Condena los estigmas del afecto
cállalos con pecados
Deserta, renuncia al
miedo, al consuelo, al que dirán
Escápate, raja su telón de acero
te cubre, te cuida de la verdad
Huye sin hundir en mis labios hambre
ni rogar tu memoria
Huye, huye de este escaparate
de regalos vacíos,
maniquíes salvajes
Abandona este hogar a quemarropa
sin perseguir quimeras
sin descuidar la popa
No te amarres, no tientes
la garganta del mar áspera y ronca
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